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Perú logró agónico empate 2-2 ante Bolivia

Perú logró agónico empate 2-2 ante Bolivia No estaba previsto siquiera empatar con Bolivia. Pero el equipo del altiplano nos pudo ganar si no ingresaba el "Chorri" Palacios con su genialidad recuperada para anotar un soberbio gol de decreto el empate a dos ante los bolivianos.
Perú empezó intentando ir al frente, pero de forma desordenada y sumándole, de a pocos, mucha imprecisión y ansiedad a sus llegadas.
Con el transcurrir de los minutos, el equipo peruano empezaba a desesperarse ante un rival ordenado en la marca y que había descifrado rápidamente la libreto de la rojiblanca: atacar por los laterales en un intento de abrir la cancha. La respuesta boliviana fue inmediata y agrupó más gente en la defensa y tiró abajo la estrategia peruana.

Del primer tiempo, también se puede decir que fue uno de los peores de los últimos tiempos del "maestrito" Solano, que dejó su clase en los camerinos y nunca apareció.

En esa coyuntura, Bolivia -en su primer ataque- inauguraba el marcador a los 35 (pt), a través de un fuerte disparo cruzado de Botero que venció la resistencia de Oscar Ibáñez.

Bolivia acabaría el primer tiempo dominando el partido ante un Perú sorprendido y falto de reacción.

La segunda etapa no despertaba ilusión y mostraba al "equipo de todos" impotente para revertir el marcador.

Un grueso error de Oscar Ibañez empeoró las cosas. El guardamenta nacional salió alocadamente a intentar parar un ataque y le permitió a Bolivia ponerse 2-0.

La reacción del banco peruano su inmediata. El "Chorri" ingresó a los 15 st por Solano (desconocido el maestrito) y fue fundamental para la reacción peruana. Mendoza también aportó y el moreno estuvo más incisivo que otros partidos.

Precisamente un pase de Palacios, en su partido record 107 con la selección, originó un penal que Claudio Pizarro con mucha serenidad y clase convirtió en el descuento peruano.

A Perú ya no le faltaba corazón. Allí estaba el "Chorri", flaquito en contextura pero nadie le podrá negar lo que transmite en el campo, el vértigo que le pone a sus acciones, que contagia a sus compañeros, que incentiva a la hinchada. Un soberbio disparo se clavó en el arco del buen portero Fernández para decretar el empate y reanudar el romance con la hinchada.

El empate inclinó más todavía la cancha hacia el lado boliviano. Un remate de Farfán, otro cabezazo de Pizarro, otro más de Mendoza. También el ingresado Olcese tuvo sus oportunidades, pero jugando contra el reloj el arquero Fernández se convertía en figura. Estuvimos cerca, con el gol del triunfo en la garganta, pero esta vez, no se pudo

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