Brasil campeón de la Copa América Perú 2004

En una final por demás electrizante y gracias a Adriano y Julio César, Brasil venció el domingo 4-2 en los penales a la Argentina y se consagró campeón de la Copa América.

El partido finalizó 2-2. Faltaban tres minutos cuando Argentina metió el segundo por medio de César Delgado y en el descuento igualó Adriano, para que la definición se fuera a los penales. Ahí, Julio César se lució, tal como lo hizo en el partido, al taparle uno a Andrés D'Alessandro.
Cristian González, de penal a los 20 minutos, abrió el marcador para Argentna e igualó Luisao a los 44, Desniveló Delgado a los 87 y en la última jugada del partido Adriano clavó el 2-2.

En los penales, para Brasil convirtieron Adriano, Edú, Diego y Juan.

Para Argentina los metieron "Kily" González, Juan Sorín, mientras que Gabriel Heinze la mandó arriba.

Adriano, del Inter de Italia, se consagró como máximo artillero del campeonato con siete goles.

Argentina quedó segundo y Uruguay tercero, al vencer 2-1 el sábado a Colombia, que finalizó cuarto.

Fue la séptima Copa América para Brasil, contra 14 cada una de Argentina y Uruguay.

Con firmeza en su propuesta ofensiva, Argentina se mostró más compacto que un Brasil irregular en su juego y con dificultades para cruzar el mediocampo.

Traslado, presión y marcación zonal, además de agresividad arriba, fueron las recetas de Argentina, que de entrada avisó de sus intenciones con un disparo rasante de Javier Zanetti que Julio César envió al córner, arrojándose hacia su izquierda.

Después, el imparable Adriano la mandó apenas desviado y otro tanto ocurrió con un remate de Mauro Rosales en el otro arco, en un choque bastante entretenido ante unas 45.000 personas en el estadio Nacional de Lima.

Siempre marcando el ritmo, Argentina llegó al gol con un penal que le cometió Luisao a Luis González, quien a su vez había recibido un pase de taco de Carlos Tevez, inspirado en la individual. "Kily" González tradujo la pena con un fortísimo remate apenas a la izquierda de Julio César, para estampar el 1-0.

Brasil se mostraba desconectado en el medio, con Alex lejos del rol de conductor y Edú descolorido. El equipo parecía depender en demasía de Adriano, quien metía miedo cada vez que se hacía de la pelota, y que en sus arremetidas por izquierda se hizo virtualmente imparable, principalmente para Fabricio Coloccini.

Cerca de la media hora, Argentina se perdió el segundo cuando Luis González se escapó casi por el centro, amagó que iba a dar un pase pero apretó el acelerador, se filtró entre Juan y Luisao y sacó un derechazo que Julio César mandó al córner en notable atajada.

Cuando la etapa agonizaba y Argentina parecía tener controlado el partido, un tiro libre de Alex fue cabeceado al gol por Luisao, decretando un 1-1 que por entonces era mucho premio para Brasil.

Reanudadas las acciones, Argentina se perdió un gol increíble con un centro cruzado de Rosales que por una uña no alcanzaron ni Tevez ni Juan Pablo Sorín, instalados ambos casi sobre la línea de gol.

El martilleo argentino se hizo incesante, con llegadas sorpresivas por todo el frente de ataque, pero sin poder cristalizar en la red ese dominio que nacía desde el territorio central, con Javier Mascherano convertido en amo y señor.

Entre otras jugadas de riesgo, un cabezazo de Roberto Ayala se fue apenas alto, tras córner de César Delgado y un tiro de Luis Fabiano, en una de las pocas de Brasil en ataque, pegó en Ayala cuando iba derechito al arco.

Argentina respondió con un disparo de Tevez desde afuera del área, que conjuró Julio César con esfuerzo. Y poco después, ese delantero de Boca Juniors se engolosinó en el área cuando podía rematar antes.

Brasil levantó su bandera en la réplica, con una violenta media vuelta de Diego que se fue elevada, pero luego todo volvió a ser de Argentina, que dominaba pero sin encontrar la ruta del gol.

Hasta que Delgado, quien poco antes había ingresado por Rosales, clavó el 2-1 con un fortísimo remate y en el descuento, Adriano le dio una tremenda emoción al partido al empatar en jugada individual, dejando la dilucidación del campeonato en los tiros penales.